viernes, 18 de febrero de 2022

CONFUSIÓN PERIODÍSTICA, INDEFINICIONES Y PASTELES ENVENENADOS

 Las “amables” recomendaciones para que AMLO “no se pelee” con los pasteles envenenados*

En épocas de transformación, son necesarias las definiciones”. Presidente López Obrador

 Patricia Barba Ávila

*Pastel envenenado: analogía que explica la conducta de aquél o aquélla periodista que se vende como imparcial, ética(o) y comprometida(o) con la sociedad pero que veladamente actúa en su contra y en defensa de intereses oscuros. Son como un pastel decorado con un atractivo betún pero que está relleno de veneno que muchos incautos se tragan sin siquiera darse cuenta.

En estos tiempos de consolidación de lo que conocemos como la Cuarta Transformación (4T) y en medio de un creciente y enloquecido ataque por parte de una oposición completamente desprovista de inteligencia, ética y argumentación razonada -no se puede pedir peras al olmo, por supuesto-, abundan cada vez más no sólo las confusiones de periodistas que de buena fe aconsejan al Presidente “no pelearse” con colegas “respetables” (SIC!) -yo les llamo “pasteles envenenados”- como la Sra. Aristegui, Julio Hernández López y otros. También escuchamos sesudos análisis de aquéllos que lejos de apegarse a la obligada honestidad intelectual, o sea, ser y decir lo que realmente creen y no lo que piensan que agradará al público y les generará más likes, monetizaciones y popularidad. Por otra parte, tenemos a aquéllos que bailan al son que les toque su patrocinador en turno, i.e. el otrora bien aceptado Gibrán Ramírez y, finalmente, en lo más bajo y burdo, se colocan por mérito propio los sepulcros blanqueados oriundos de tiempos oscuros y neoliberales y que, gracias a la transformación de la conciencia de un número creciente de ciudadanos, continúan cavando el agujero de lodo biológico donde finalmente quedarán sepultados.

Como ya lo he mencionado en otros artículos, no son los sepulcros blanqueados como #LordMontajes, el ticher López Dóriga, Brozo el payaso tenebroso y demás, los que preocupan ya que son tan obvios en sus escupitajos que cada vez menos ciudadanos les prestan atención. Los que sí representan un problema que requiere de cuidadoso análisis y permanente monitoreo son estos bonachones periodistas que veletean y se sienten más cómodos en el indefinido centro, haciendo gala de gentileza políticamente correcta. Aquí ubico al director de contenidos de Sin Embargo, cuyos méritos periodísticos jamás negaría y que dirige junto con otro colega un espacio de creciente aceptación y en el que no pocos análisis son bastante razonables e incluso, impecables. No obstante, en su última columna titulada “Enemigos”, Alejandro Páez Varela, en mi opinión, muestra una clara confusión de conceptos y exhibe imprecisiones que es menester aclarar aquí, sin otro ánimo que el de compartir con los amables lectores un esfuerzo genuino por dejar atrás todos aquellos intentos de parecer en lugar de ser.

En dicha columna, Páez Varela emite amables exhortos al Presidente y entre sus afirmaciones -mismas que voy a comentar una por una- están las siguientes: “…los [verdaderos] enemigos de un presidente son el hambre, las enfermedades, la corrupción…” Lo curioso aquí es que este periodista parece pasar por alto que desde que AMLO inició su incansable lucha por transformar al país hace ya más de 40 años, siempre ha considerado como enemigos del pueblo y, por ende, de sí mismo, estas terribles injusticias e inequidades que se recrudecieron durante 36 años de neoliberalismo. Más sorprendente para la que suscribe es que el Sr. Páez Varela no considere como enemigos no sólo del gobierno en turno sino de millones de mexicanos, a esos “pasteles envenenados” que lanzan sus misiles adornados con atractivo betún y, por ello, mucho más dañinos para la #4T. Sí que me sorprende este desbarre de alguien a quien reconozco inteligencia y capacidad argumentativa.

Otra aseveración poco afortunada de Alejandro Páez es: “como no puede [el Presidente] con Reforma, lo llama “pasquín inmundo”. Me detengo aquí para plantear un ejemplo que espero aclarará prístinamente el punto al que quiero llegar. Supongan que la policía sorprende a un ladrón asaltando una vivienda. Al comparecer ante el juez, el fiscal acusa de “ladrón” al individuo de marras. Pregunto aquí: ¿acaso el fiscal está “peleándose” con el ladrón o sólo está cumpliendo con su función? Es decir, el fiscal ni está ofendiendo al susodicho ni mucho menos se siente impotente o frustrado y por ello le aplica tal adjetivo. Simplemente está describiendo como “ladrón” a un personaje cuyas acciones lo ameritan. Entonces, al referirse el primer mandatario a este periódico como “pasquín” en realidad está empleando un término cuyo claro significado podemos encontrar en el Diccionario de la Real Academia Española (RAE): “pasquín”:  “Diariosemanario  o  revista con artículos e ilustraciones de mala calidad y de carácter sensacionalista y calumnioso”  ¿Y acaso no es lo que el Reforma hace un día sí y otro también? Con base en esto, es una impresición el afirmar que AMLO emplea este epíteto por “impotencia”. En cuanto al adjetivo “inmundo”, pregunto a los lectores: ¿acaso no amerita este adjetivo el mentir consuetudinariamente a sabiendas de que con ello se genera una afectación grave para la sociedad tal como se puede demostrar claramente con los encubrimientos, aplausos y loas a favor de toda la caterva neoliberal que casi destruyó al país y generó grados de empobrecimiento y otros crímenes brutales?

Otra afirmación bastante desafortunada del Sr. Páez Varela es la siguiente: “como le molesta Loret [al Presidente] lo llama corrupto sin probarlo” Vaya que sorprende este dicho que se estrella lastimosamente contra la realidad. Es decir, este periodista afirma que el Presidente no prueba la corrupción de #LordMontajes (también conocido como Carlos Loret de Mola) porque este pillo no se encuentra en la cárcel tanto por su innegable actividad chayoteril como por haber entusiastamente difundido por las cámaras de Televisa el infame montaje urdido por la mente sicópata de Eduardo Margolis, Genaro García Luna y Luis Cárdenas Palomino, con el apoyo de otra malandrina de siete suelas: Isabel Miranda Torres (antes “de Wallace”) gracias al cual un verdadero inocente, Israel Vallarta Cisneros ha estado privado de su libertad y salvajemente torturado por más de 15 años. Aquí le pregunto a Alejandro Páez: ¿acaso el Presidente es responsable de las execrables omisiones de una Fiscalía totalmente inoperante y un Poder (Per)Judicial hundido en un pozo de putrefacción que costará mucho esfuerzo limpiar? ¿Entonces, pese a la evidente corrupción de Loret de la que abundan las pruebas y cada vez más ciudadanos tenemos conocimiento, de acuerdo con el Sr. Páez Varela hace falta que AMLO “compruebe” lo que salta a la vista? ¡Vaya absurdo!!

En su errática videocolumna, Alejandro Páez Varela continúa su gentil exhorto a nuestro primer mandatario, diciendo: “no hay manera de que [el Presidente] gane con manotazos y tiros de escopeta”. Aquí le quiero preguntar si él piensa que lo que busca AMLO es “ganar” (¿ganar qué, perdón?) en lugar de cumplir con uno de los objetivos para los que se creó la conferencia mañanera y que es el de transparentar la información y, de ser el caso, desmentir infundios en beneficio de los ciudadanos. Usando una analogía, imagínense que alguien que se encuentra en el punto “A” desea llegar al punto “B” y para ello requiere información correcta, sin distorsiones. Pues eso es exactamente lo que los seres humanos requerimos para adoptar la mejor decisión: datos precisos y no falsedades. No sé si estoy interpretando bien lo que expresó el columnista de marras, pero da la impresión de que piensa que el primer mandatario se encuentra en un ring de boxeo con la mafia chayoteril y que lo que busca es “ganar” a toda costa…

A falta de mejores argumentos, se acude a la victimización de la Sra. Aristegui mientras se intenta pasar por alto no sólo que en su mesa de análisis predominan personajes tan cuestionables como la propia Denise Dresser o Sergio Aguayo, sino algo mucho peor: el dar difusión a “reportajes” (SIC) carentes tanto de veracidad como de ética y sí, muy pletóricos de distorsión e infundio. Aquí definitivamente SÍ es imprescindible que tanto #LordMontajes como la propia Aristegui y demás jilgueros que han reproducido el susodicho reportaje con singular entusiasmo digno de mejores causas, demuestren la veracidad de sus dichos, tal como Páez Varela lo espera del Presidente.

Pienso que a veces en aras de una mal entendida lealtad a amigos y colegas, se realiza ingentes esfuerzos por defender lo indefendible y me parece que este es el caso con el Sr. Páez Varela y Carmen Aristegui. Y en este sentido, me permito citar al inolvidable Caudillo del Sur, el General Emiliano Zapata Salazar: Voy a decir verdades amargas; pero nada expresaré a usted que no sea cierto, justo y honradamente dicho.”

Cierro esta reflexión con un exhorto a todos aquellos columnistas, periodistas, politólogos, analistas, etc: mantengamos la imprescindible honestidad intelectual que se traduce en respeto hacia lectores y audiencias. Dejemos a un lado la simulación y la mal ubicada “lealtad” a colegas, amigos y parientes pues no hay lealtad más valiosa que la que se profesa a los principios.

Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias.

 Ryszard Kapuściński


No hay comentarios.:

Publicar un comentario